Los trabajadores de la Oficina de Atención al Contribuyente (BAC) del Ayuntamiento de Burgos están hartos. Trabajan en un espacio, la planta baja de la Casa Consistorial, que carece de luz natural, presenta problemas de ventilación y, además, se ve infectado por los malos olores derivados del sistema de saneamiento público. Esos olores que denunciaban hace un año, y que parecían haberse mitigado tras una intervención municipal, han vuelto y lo han hecho con más fuerza, haciendo la situación “insostenible”.
Así lo han asegurado esta mañana durante un acto de protesta realizado a las puertas del Ayuntamiento. Los trabajadores han salido unos pocos minutos, cubiertos con una mascarilla, para llamar la atención por esas precarias condiciones de trabajo, que afectan también al servicio que presta el Ayuntamiento a sus ciudadanos. Recuerdan que los olores derivan de problemas estructurales en la Casa Consistorial, que no se arreglan con una simple limpieza del colector, las tuberías y los sistemas de saneamiento.
Además, para paliar los olores, se han vertido productos químicos y la mezcla es espeluznante. Los empleados de la BAC acaban sus turnos mareados e, incluso, algunos de ellos han tenido que abandonar sus puestos de trabajo a media jornada porque tenían náuseas y no podían atender a los usuarios. Los trabajadores insisten en reclamar un traslado de la Oficina de Atención al Contribuyente y están dispuestos a seguir protestando para que se les tenga en cuenta. Insiste en que esta es una más de las reivindicaciones, uno más de los problemas que soporta la BAC.